
Desde que tengo uso
de razon siempre he visto a estos vendedores empujar sus
triciclos o carretillas, empujandolos sobre la carretera, requiriendo un
esfuerzo extra, y bajo un candente sol, que le quema su careta. Mientras miles
disfrutan de la felicidad, ellos trabajan, si un día le compras, hazle saber
que reconoces su trabajo, regálale la mejor propina, una sonrisa.
Con
ojos de un arduo trabajo, un rostro apagado, unas manos sucias y un...