Desde que tengo uso
de razon siempre he visto a estos vendedores empujar sus
triciclos o carretillas, empujandolos sobre la carretera, requiriendo un
esfuerzo extra, y bajo un candente sol, que le quema su careta. Mientras miles
disfrutan de la felicidad, ellos trabajan, si un día le compras, hazle saber
que reconoces su trabajo, regálale la mejor propina, una sonrisa.
Con
ojos de un arduo trabajo, un rostro apagado, unas manos sucias y un corazon
puro, nos regalan un Coco fresco, un Coco lleno de dulcura, refrescante e
hidratante. Y al momento de pagarles, nos regalan un Gracias con cariño y con
respeto.
Pasan
horas y horas en las calles, buscando sus chelitos, pero lo que muchos no
saben, es que disfrutan su trabajito. Caminan, caminan y caminan hasta no poder
más, pero siempre con la frente en alto, llevando el pan al hogar.
Asi
son los Coqueros, personas de admiracion, que dia a dia se despiertan, buscando
un futuro mejor. Y me despido informando, que a pesar del arduo trabajo,
siempre la frescura, nos la brindara un Coquero.