Once de los 23 jugadores de Alemania podrían haber optado por representar a otro país.
Es la semifinal más esperada. Algunos dicen que es la final anticipada. Alemania vs España promete ser uno de los partidos más atractivos del Mundial Sudáfrica 2010.
Será histórico: los españoles buscan su primera final en una Copa del Mundo; los alemanes, el pasaje al partido definitorio que les permita alzar su cuarto trofeo.
La España de Vicente del Bosque llegó a Sudáfrica como favorita, haciendo añicos récords y marcas.
Pero el comienzo sonó a película de terror, con la derrota 0-1 ante Suiza, en el mismo estadio del partido de esta semifinal, el Moses Mabhida de Durban.
Sin mostrar la contundencia de la que hizo gala en eliminatorias y partidos de preparación, la Roja alcanzó una semifinal -por primera vez en su historia- sin explotar su potencial.
Ganó sus últimos tres partidos por la mínima diferencia. Fue suficiente para superar la barrera de octavos (vs un mediocre Portugal) y cuartos (contra el aguerrido Paraguay). Pero Alemania es diferente.
Una nueva Mannschaft
Özil, Cacau y Boateng: la "nueva" Alemania celebra.
El DT Joachim Löw llevó al Mundial una nueva versión de la Mannschaft, como se conoce a la selección de fútbol de Alemania.
Una menos rubia y menos blanca: el equipo más multicultural de la historia del fútbol germano quiere dejar su huella.
Ya no es una Alemania donde predominan los Matthäus, Voeller o Beckenbauer… ahora en la alineación teutona se pronuncian los Özil, Cacau o Boateng.
Es que 11 de los 23 del plantel podrían haber optado por representar a otro país. Pero no.
Alemania acogió al "turco" Mesut Özil. Y a Jerome Boateng (cuyo hermano eligió jugar por Ghana), a Sami Khedira (de padre tunecino), a Cacau (brasileño de origen), a Dennis Aogo (nigeriano), a Mario Gómez (padre español), a Marko Marin (de Bosnia y Herzegovina) y al trío de jugadores con partida de nacimiento polaca: Klose, Podolski y Trochowski.
Alemania se enriqueció de diversidad y lo plasmó en el campo de juego. A las tradicionales características del juego alemán –disciplina, orden y estructura– se le sumó, por ejemplo, la destreza.
"Mi técnica y sentimiento por la pelota es mi parte turca del juego. La disciplina, actitud y el siempre dar todo es la parte alemana". Lo dice Mesut Özil, una de las figuras de Alemania en el Mundial.
Hay jugadores que no nacieron en el país, pero que tienen el pasaporte y esa tal vez sea la razón del gran nivel de Alemania. El estilo de juego que han desplegado ha sorprendido a todos, incluso en Alemania",
Franz Beckenbauer, campeón del Mundo con Alemania
Así resume los ingredientes que hacen de su selección una de las candidatas a ganar el torneo.
Es que los alemanes han dejado de lado el juego avaro –pero efectivo– para brindar espectáculo: cuatro goles a Australia, cuatro a Inglaterra, cuatro a Argentina.
Por primera vez una selección consigue esto desde que lo hiciera Brasil en 1970. Es el equipo más goleador y el que mejor ha jugado en Sudáfrica 2010.
Es solidario, porque (casi) todos intentan recuperar el balón, y agresivo, porque a la hora de atacar parece un bombardeo: llegan por todos lados.
Cambia la ley, cambia el equipo
Özil, de 21 años, un musulmán alemán de origen turco, no podría haber jugado en la Mannschaft hasta 1999, cuando se modificó la ley de inmigración, lo que hizo más fácil adquirir la ciudadanía alemana.
Esa actitud de brazos abiertos permitió conformar el actual equipo.
"Querían ser alemanes"
"Han trabajado duro, mostrado un gran rendimiento. Querían ser ciudadanos alemanes y lo han hecho sin dar la espalda a sus países natales. Hemos aceptado eso y son igual de queridos que cualquier otro jugador. Es un excelente ejemplo de integración, un modelo a seguir por nuestro país"
Thomas de Maiziere, ministro de Deportes de Alemania
"Hay jugadores que no nacieron en el país, pero que tienen el pasaporte y esa tal vez sea la razón del gran nivel de Alemania. El estilo de juego que han desplegado ha sorprendido a todos, incluso en Alemania", dice Franz Beckenbauer, ganador del Mundial como futbolista y como técnico.
Es un partido que tendrá sabor a revancha para los alemanes. Hace dos años perdieron la final de la Eurocopa frente a España.
Seis integrantes de este plantel fueron titulares en aquél partido. Y 15 de los españoles que levantaron la copa en Austria estarán este miércoles en Sudáfrica.
Si España quiere repetir el final feliz, deberá apegarse a su estilo de juego y recuperar algo de furia.
El ojo para el gol de David Villa está intacto (cinco goles en igual cantidad de encuentros), y aunque Fernando "El Niño" Torres aún no apareció, el juego de Iniesta y Xavi alimentan la esperanza de una España que quiere seguir reescribiendo los libros.
La Alemania más multicultural de su historia parece tener diversidad suficiente para frenar el juego español. ¿Podrá?
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