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miércoles, 23 de febrero de 2011

Viña del Mar, el festival que ya no lanza sino que reivindica

Cantante brasileño Roberto Carlos

El veterano cantante brasileño Roberto Carlos inauguró el festival.

El hecho de que el veterano cantante brasileño Roberto Carlos haya abierto el Festival Internacional de la Canción Viña del Mar quizás refleja de lo que significa hoy en día este concurso.

De casi 70 años y con el registro de más discos vendidos en América Latina, Roberto Carlos tuvo su auge hace varias décadas. Hoy es un recuerdo de una luminaria época que fue y que ya no es; que vive de éxitos pasados y no presentes.

Un poco como el mismo Festival de Viña. En Chile aún tiene enorme seguimiento, como evidencia su presencia en la prensa.

Pero en el resto de América Latina, se puede decir que musicalmente llegó a tener más repercusión e importancia en otras épocas en comparación a la actual, en donde prepondera el espectáculo, You Tube y el acceso inmediato a la música sin el monopolio de la figura de un festival.

"Ha decaído su importancia porque en su mejor momento no había otros festivales igual de importantes en la región. Pero el tiempo pasa, las sociedades cambian y el espectáculo también, y ahora el Festival compite con otros eventos similares en los diferentes países latinoamericanos", le dice a BBC Mundo Juan Antonio Muñoz, editor de espectáculos del diario chileno El Mercurio.

"Y yo creo que los mismos organizadores se han dado cuenta, pues cada año tratan de mejorar la competencia. Sin embargo, es un fenómeno que le pasa a todos los festivales de la canción en el mundo, que actualmente están en detrimento, como por ejemplo el de San Remo o el de Benidorm, de los cuales tampoco se habla tanto ya", agregó.

En esta edición que comenzó el lunes y termina el sábado 26, se espera la participación de estrellas del espectáculo como el mexicano Marco Antonio Solís, los puertorriqueños de Calle 13 y Chayanne, el británico Sting y el español Alejandro Sanz.

Plataforma vencida

Escenario del festival

Julio Iglesias y Luis Miguel son algunas de las estrellas que se dieron a conocer en Viña del Mar.

El hecho de que el Festival de Viña tenga garantizado un elenco que seguramente complacerá al público presente (y a los patrocinantes que pagan sumas millonarias para mantener la transmisión televisiva), también deja en evidencia que la competencia del festival tampoco parece prioridad.

El evento es trendingtopic (tema más visto) en la red social Twitter con el nombre #festivaldeviña. Pero muchos de los comentarios sobre el tema se basan más en el espectáculo ofrecido, la participación de tal o cual artista o, sencillamente, del chisme.

"A pesar de todo disfruto viendo la farándula del #festivaldeviña. Qué manera de cahuinear (hablar por la espalda de otro, en chileno). ¡Todos de todos! ¡Ta buenísimo!", escribe una participante del foro digital.

Si bien es cierto que el atractivo del festival son todas estas cosas, también existe la impresión de que el área más sacrificada es la del concurso musical, que parece haber dejado de ser una plataforma para una exitosa carrera musical.

"La competencia era muy importante, venían nombres de prestigio. Ya no. La calidad es muy mala", apunta Muñoz.

Se podría decir que el Festival de Viña no puede equipararse a lo que en el fútbol sería el Mundial de Fútbol, ni siquiera la Copa América.

En este sentido, es poco probable que los nombres de los competidores de esta edición, como el panameño DannyRicardo, el chileno Eric o la canadiense Sierra Noble estén resonando actualmente en las listas de éxitos musicales del continente.

"Aquí saltó a la fama Julio Iglesias, se dio a conocer Luis Miguel, hoy en día estrellas indiscutidas. Pero ahora la competencia no tiene relevancia, sobre todo porque el mismo jurado está compuesto de estrellas televisivas y no de expertos en la materia", destaca Muñoz.

La esperanza

Presentadores

Los presentadores Eva Gómez y Rafael Araneda son también parte del espectáculo.

Al margen de una discusión sobre si hoy en día Viña del Mar tiene o no calidad musical entre sus participantes, hay varios temas que acaparan el interés en la cobertura del evento.

La última jornada del festival del año de 2010 debió ser cancelada por el devastador terremoto que sacudió a Chile y por ello esta vez no han faltado recuerdos y tributos.

Además, Chilevisión se estrenará como el canal encargado de transmitir el festival, tras haber ganado la licitación el año pasado cuando la empresa aún estaba en manos del actual presidente chileno Sebastián Piñera.

Otra novedad fueron los presentadores, Eva Gómez y Rafael Araneda, cuya vestimenta, desempeño o la forma en que se dieron el tradicional beso que abre el concurso fue objeto de minucioso escrutinio público. Esto es, en definitiva, parte del atractivo de la ocasión.

La elección de la reina también acapara titulares.

La primera en Viña del Mar fue la italiana Rafaella Carrá, en 1982. Posteriormente también lo fueron la venezolana Catherine Fulop, la argentina Luciana Salazar, la mexicana Thalía y la uruguaya Natalia Oreiro; probablemente a ninguna le hizo daño el haber obtenido esta corona para su promoción como figuras femeninas del espectáculo.

Este año compiten una modelo argentina, dos modelos y una abogada chilena y hasta una artista ucraniana. Todas relativamente desconocidas con ansias de dejar de serlo.

Y es que en medio de la era de las redes social y los reality shows como Gran Hermano, "en vez de ser un festival al que había que ir, como antes, ahora es simplemente un programa de televisión", afirma Muñoz.

Toda una metamorfosis la del Festival de Viña, que en su momento tuvo tal importancia que se convirtió en el primer evento televisado en color en Chile.

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