El vocalista de Guns N' Roses,
Axl Rose, rechazó su inducción en el Salón de la Fama del Rock en
Cleveland, a realizarse este sábado.
El único integrante original de la banda que
sigue presentándose bajo su nombre pidió en una carta abierta no ser
inducido en ausencia.
En realidad el honor no es para Axl Rose, sino
para el grupo Guns N' Roses, cuyos otros integrantes originales son
Slash, Steven Adler, Izzy Stradlin, Duff McKagan and Matt Sorum.
Pese a que Rose ha reemplazado a todos los
músicos una y otra vez, la expectativa era que el quinteto original
aceptara la inducción.
La razón de ello no es simplemente la nostalgia, sino que fue durante sus primeros años que el grupo tuvo sus mayores éxitos.
Apetito por la destrucción
El primer álbum de Guns N' Roses, Appetite for Destruction,
lanzado en julio de 1987, llegó al primer lugar de la cartelera de
éxitos estadounidense en agosto del año siguiente, gracias a la canción Sweet Child o' Mine y lo repitió en febrero de 1989.
Aquel álbum ostenta el privilegio de ser el
disco debut más vendido de todos los tiempos, con más de 28 millones de
copias en todo el mundo.
Los siguientes éxitos del grupo estuvieron
acompañados de controversias, incluyendo acusaciones de homofobia y
racismo en sus canciones.
Sin embargo, la reputación de Axl Rose como
cantante de rock iba en aumento, además de sus dotes como compositor,
que lo ubicaron en diversas listas de los 100 mejores cantantes, incluso
en el primer lugar en dos de ellas.
Pero el apetito por la destrucción iba más allá
del título de un álbum. La gira de 1991, que precedió al lanzamiento de
los álbumes mellizos Use Your Illusion, tuvo gran éxito financiero, pero acompañado de incidentes provocados muchas veces por el propio Axl Rose.
Muchos conciertos de Guns N' Roses degeneraron
en disturbios del público, a veces motivados por la impuntualidad del
cantante, que a la vez lo fue enemistando con sus compañeros en el
grupo.
Dicho sea de paso, los álbumes debutaron en los
dos primeros lugares de la lista Billboard, una hazaña no superada por
nadie hasta ahora.
Pero la banda llegó allí a su punto más alto y comenzó su decadencia, opacada por el surgimiento de la corriente Grunge con el trío Nirvana a la cabeza, y ahogada por sus conflictos internos.
Con algunos cambios en su formación, Guns N'
Roses dio su último concierto de la gira el 17 de julio de 1993 nada
menos que en el estadio de River Plate en Buenos Aires, Argentina.
Después de eso, Axl Rose desapareció del mapa
durante siete años y medio, hasta que volvió a las andanzas con un grupo
completamente distinto.
Honrado y emocionado
Si bien Axl Rose agradeció al Salón de la Fama del Rock, descartó su presencia al lado de exintegrantes de la banda.
Mientras el exguitarrista Slash declaraba a una
agencia que no sabe qué ocurrirá durante la inducción y esperará a ver
qué pasa, Rose calificaba de "fantasía" la idea de una reunión de la
formación original, ni siquiera para recibir el honor.
En su carta, Rose compara la relación con sus
excompañeros con un divorcio sin final feliz y solicita "enérgicamente
no ser inducido en ausencia", agregando que nadie tiene permiso para
aceptar nada en su nombre.
Sin embargo, admitió que el anuncio de la
inducción lo hizo sentirse "honrado y emocionado, esperando que fuera
algo bueno", aunque complicado.
Para Axl Rose, simplemente Guns N' Roses está
integrado por Dizzy Reed, Tommy Stinson, Frank Ferrer, Richard Fortus,
Chris Pitman, Ron "Bumblefoot" Thal y DJ Ashba.
Con todo, pese a sus críticas a la industria y
sin ánimos de decepcionar a los fans, el cantante desea a la junta
directiva del Salón de la Fama un buen show y felicita a los otros
incluidos en esta oportunidad.
Entre ellos figuran los Beastie Boys, Red Hot Chili Peppers, Donovan y The Small Faces/The Faces.
¿Pero merece la inducción? Por el impacto que
tuvo a fines de la década de 1980, Guns N' Roses se ha ganado su lugar
en el Salón de la Fama. Y le guste o no a Axl Rose, no es su banda
actual la que tuvo el éxito, sino la original, con él incluido.
Y ya se sabe, los fans perdonan todo a sus
ídolos, de manera que sus excesos -producto, hay que decirlo, de una
niñez complicada- son vistos con cierta benevolencia.
Ausencias y reconciliaciones
En la historia del Salón de la Fama del Rock, el único grupo que previamente se había negado a aceptar su inducción fue Sex Pistols.
Pero en la historia de las inducciones ha habido notorias ausencias, lo cual no implica un rechazo del honor:
Diana Ross no estuvo en la inducción de su viejo
grupo The Supremes en 1988, con la excusa de que había dado a luz tres
meses antes, pero desde la separación del trío se había acabado la
amistad entre ellas.
Paul McCartney no estuvo en la de los Beatles el
mismo año, que fue aceptada por George Harrison, Ringo Starr, Yoko Ono y
los hijos de John Lennon. Harrison dijo sarcásticamente en su
aceptación: "Es una pena que Paul no esté aquí, porque él tenía el
discurso en su bolsillo".
En 1996, Roger Waters no estuvo con los otros
tres integrantes de Pink Floyd, con quienes estuvo personal y legalmente
enemistado y sólo años después se reconciliaron.
Otros, como Creedence Clearwater Revival, por
ejemplo, dejaron momentáneamente sus diferencias, aunque en su discurso
John Fogerty las mencionó y después se negó a tocar con sus
excompañeros.
Y por supuesto, están los que no fueron porque
andaban de gira, un poco al estilo de Woody Allen que nunca va a la
ceremonia del Oscar porque siempre está tocando el clarinete esa noche
con su banda de jazz. Entre ellos, Eric Burdon y David Bowie.
No faltan tampoco los motivos personales: en
1994, Rod Stewart prefirió acompañar a sus hijos después del terremoto
en Los Angeles. En 1997, Joni Mitchell se acababa de reunir con la hija
que había dado en adopción 32 años antes. Y en 2001, John Deacon estaba
completamente retirado de la música y de su grupo, Queen. La lista
continúa...
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