Quién le iba a decir a Manuel Zelaya que 30 años después, su foto de juventud le iba a salir al paso descubriéndolo en su origen pistolero.
Apenas un jovencito, de pelo rizado y el sempiterno bigote de cowboy, Zelaya posa sumergido en sus sueños. Le faltaba entonces el sombrero, pero el ala del que ahora se pone no le ensombrece la apariencia gansteril con que disfrutaba entonces.
Y ahí lo tienen, lo que fue el que es. Dio riendas sueltas a la estampa añorada sin imaginarse que, como reza esta versión del viejo refrán, “nadie sabe el pasado que le espera”.
Apenas un jovencito, de pelo rizado y el sempiterno bigote de cowboy, Zelaya posa sumergido en sus sueños. Le faltaba entonces el sombrero, pero el ala del que ahora se pone no le ensombrece la apariencia gansteril con que disfrutaba entonces.
Y ahí lo tienen, lo que fue el que es. Dio riendas sueltas a la estampa añorada sin imaginarse que, como reza esta versión del viejo refrán, “nadie sabe el pasado que le espera”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evite, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Está en su perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilice el anonimato para decirles a las personas cosas que no le diría en caso de tenerlas delante. Intente mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comente de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.