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lunes, 4 de enero de 2010

Cuando Dios esta dormido


Quien de nosotros no ha pasado en ciertos momentos alguna situación compleja, conflictos personales, familiares, laborales, enfermedades, perdidas u otros.

¿Quien no se ha preguntado alguna vez como resolver o encontrar solución a diversas problemáticas que nos toca enfrentar?
Vivimos en un mundo donde la injusticia, el fraude, la maldad y muchos otros males son la moneda corriente, moneda que vemos reflejada en nuestro día a día, en medios de comunicación, en nuestros barrios, escuelas, hogares, etc.

¿Quien sabe?, cual será la situación que hoy nos perturba el sueño, que nos quita la tranquilidad, y no permite que podamos disfrutar de ese sentimiento tantas veces anhelado, pero escasamente obtenido: Paz.

La pregunta que muchas veces queda sin respuesta, por no entender como resolver, y porque nos toca afrontar a nosotros estas situaciones, surge casi instintivamente:¿Dónde esta Dios?Si el existiera yo no debería estar viviendo esta u otra situación,¿Porque a mi?
Sería muy hipócrita de nuestra parte, el no reconocer que quizás en algún momento de nuestra vida nos hemos replanteado esta incógnita.

Esta pregunta sin respuesta, en muchas oportunidades deriva en una crisis de fe, que no respeta formación cultural, tradición, ni buenas enseñanzas, y mucho menos cuando los problemas nos atan una soga en nuestro cuello.
Creo que mas allá de cualquier cultura religiosa, judíos, cristianos, musulmanes, y hasta agnósticos, todos en algún momento nos la hemos hecho, simplemente porque es una pregunta que tiene una lógica muy fundamentada.¿Donde esta Dios?
Por momentos pareciera que no existe, o que su agenda esta tan complicada como para poder atender cada una de nuestras necesidades.

A propósito, quisiera confrontar estos lógicos pensamientos con un pasaje de la Biblia donde narra lo que vivieron Jesús y sus amigos en un atardecer.Jesús les dijo a sus amigos:
“Vamos al otro lado del lago”, entonces se fueron a navegar juntos. De repente se desató una gran tormenta, con un viento tan fuerte que las olas caían sobre la pequeña embarcación, de manera tal que se llenaba de agua.

Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás de la barca.
Al ver esta sutiación límite, los amigos de Jesús comenzaron a desesperarse, y más aún al ver que El dormía, apoyado sobre una almohada, muy cómodamente.
Entonces lo despertaron y le dijeron:“¡Maestro! ¿NO TE IMPORTA QUE NOS ESTEMOS HUNDIENDO?

Jesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar:“¡Calla! ¡Enmudece!”El viento se calmó, y todo se quedó completamente tranquilo.
Después dijo a sus discípulos:“¿Por qué tienen tanto miedo?, ¿todavía no tienen confianza en mi?”Pero ellos estaban llenos de miedo, y se preguntaban unos a otros:¿Quién será éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Personalmente creo que Dios, en más de una oportunidad no forma parte de los asuntos donde no lo involucran, El siempre esta, pero a veces pareciera que duerme, en medio de la tormenta más grande que estemos pasando espera muy caballerosamente que nos levantemos y le digamos:
¿No te importa que nos estamos hundiendo?Mi sencilla opinión es, que Dios nunca maneja el barco de tu vida, al menos que voluntariamente le entregues el timón.
El quiere hacerse grande en tu vida y darle la orden a las tormentas que se levantan en contra tuyo para que se calmen y desaparezcan.

Seré redundante en mis expresiones. Esto no transita por el camino de la religión, ni por el de las fórmulas mágicas capaces de solucionar todo, sino por establecer una relación personal con un Dios real, capaz de involucrarse en tu vida como no tienes idea alguna.

Este es tiempo para volverse en contra de toda lógica que te quiera hundir, y tiempo también de confiar en alguien que está dispuesto a calmar tu tempestad, para darte salvación y paz interior.¡Este es tu tiempo, esta es tu hora!Quisiera finalizar esta reflexión, con una expresión de deseo, y esta es que muy pronto puedas cambiar la pregunta del comienzo por esta última:

¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

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