El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se ha visto obligado a una remodelación de su Gabinete, tras la sorpresiva renuncia de su vicepresidente ejecutivo, en un momento en que diversas polémicas en torno a su gestión sacuden al país.
Dos días después de anunciar el inicio de una llamada “campaña admirable” de cara a las cruciales parlamentarias de septiembre, Chávez aceptó la salida del vicepresidente Ramón Carrizález, también titular de Defensa, que dejó el Gobierno junto con su esposa, la ministra de Medio Ambiente, Yuribí Ortega, por “razones personales”.
Nuevo vicepresidente
Al día siguiente, el mandatario venezolano nombró nuevo vicepresidente a Elías Jaua, que compaginará su nuevo cargo con el ministerio de Agricultura y Tierras, que ya ocupaba.
“Me solicitó la renuncia por razones estrictamente personales... y su esposa, la ministra de Ambiente, Yubirí Ortega. Conozco las razones, las respeto y las comparto.
Yo haría lo mismo en su caso”, afirmó antenoche Chávez, en medio de rumores e hipótesis en torno a la inesperada dimisión de un hombre de confianza del gobernante.
Al mismo tiempo, alimentando las versiones de desavenencias en el seno del Ejecutivo, saltaba la noticia, dada por algunos medios venezolanos, de que también había renunciado a su cargo el presidente del estatal Banco de Venezuela, Eugenio Vázquez Orellana, alegando “problemas de salud”.
El diario El Nacional dijo en su página web que Orellana había comunicado en una “reunión con su personal de confianza” su decisión de abandonar el cargo que ejercía desde julio pasado, tras la compra del banco al grupo español Santander.
Según el periódico, Orellana es un hombre de confianza de Carrizález y su salida habría sido impulsada por supuestas diferencias con Jorge Giordani, ministro de Planificación y también de Economía y Finanzas desde que Chávez ordenó la fusión de ambas carteras hace dos semanas.
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