El Dalai Lama dijo hoy que se sentía "muy feliz" luego de más de una hora de reunión con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca.
"El presidente elogió el enfoque 'intermedio' del Dalai Lama, su dedicación a la no violencia y su búsqueda del diálogo con el gobierno chino", dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca Robert Gibbs tras la reunión, que duró una hora.
El líder espiritual tibetano en el exilio dijo a los periodistas en la entrada de autos de la Casa Blanca que habló con Obama sobre la promoción de los valores humanos, la armonía religiosa y los problemas de los tibetanos. Dijo que el presidente se mostró "solidario".
Obama ofreció una recepción discreta al Dalai Lama en deferencia a la furia de Beijing porque recibió al líder espiritual tibetano en la Casa Blanca.
Obama expresó al Dalai Lama su "fuerte apoyo" a la conservación de la identidad de Tibet y alentó las conversaciones entre el líder tibetano y las autoridades chinas, dijo Gibbs.
El presidente dijo que Obama expresó su apoyo a la "conservación de la singular identidad religiosa, cultural y lingüística de Tibet y la protección de los derechos humanos de los tibetanos" en China.
Obama recibió al Dalai Lama en el Salón de los Mapas en lugar de su habitual despacho, la Oficina Oval, donde los mandatarios conversan habitualmente con los líderes internacionales. Su encuentro transcurrió enteramente sin la presencia de los fotógrafos, camarógrafos ni el público. En lugar de ello, la Casa Blanca difundió solamente una foto.
Incluso la descripción dada a los periodistas por la oficina de prensa de la Casa Blanca fue transmitida por escrito.
Todos estos gestos — modestos para muchos pero importantes en el enrarecido mundo del protocolo diplomático — tuvieron como fin apaciguar a los comunistas chinos, indignados por el hecho de que el mandatario hubiese recibido al exiliado líder tibetano.
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