El presidente saliente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, al hacer el traspaso de mando en un emotivo acto en el despacho de la presidencia de ese organismo a Roberto Rosario, dijo que se iba con la cabeza en alto y con la dignidad propia de quienes se marchan con el deber cumplido.
Consideró como un logro para la democracia la escogencia de la actual matrícula y dijo que su nuevo presidente sabrá corresponder a las exigencias de un organismo que ya conoce, por lo que pidió a Dios que ilumine su camino para hacer una buena gestión.
Mientras que Roberto Rosario pidió al personal de la presidencia y a los empleados en general estar tranquilos al asegurarles que se les tratará con la misma dignidad que se les trató en la presidencia de Castaños Guzmán.
Destacó que la JCE que encabezó Castaños Guzmán y de la cual él formó parte fue el organismo de se encargó de cambiar la percepción que tenía la sociedad y que de esa Junta siempre se dirá que fue la “Junta de Julio César Castaños Guzmán”, tras indicarle que contará con su apoyo en cualquier posición que asuma.
Explicó que si bien existieron diferencias, que definió como naturales y normales en cualquier agrupación institucional, se siente orgulloso de haber pertenecido a la JCE de Castaños Guzmán.
La ceremonia de traspaso de mando, encabezada por la vicepresidente del Senado, Cristina Lizardo, fue de mucha emotividad y desde la entrada por la puerta central la los nuevos integrantes de organismo fueron recibidos por todos los empleados alineados, situación que se repitió en la oficina de la presidencia que ahora ocupará Rosario.
De su lado, Cristina Lizardo dijo que la selección que se realizó fue muy difícil, ya que todos los aspirantes eran muy buenos.
Los nuevos jueces de la JCE agotarán un periodo de seis años.
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