Dice creer en el periodismo que se acerca a la gente
Roberto Cavada, el hombre que revolucionó los noticiarios del país con un estilo peculiar, sin poses y sin dejar de decir lo que piensa, una manera que algunos tildan de “sensacionalista”, se ha ganado un espacio en el corazón del pueblo dominicano. Para él, lejos de críticas que nacen de su estil peculiar de comunicar, mantenerse cerca de la gente es la única manera que conoce de hacer periodismo.
"Aún no me puedo creer el cariño que la gente me manifiesta, es algo que me alaba y sorprende. La verdad es que soy muy penoso y aun no se acostumbra al reconocimiento", asegura.
Ahora, mientras empieza una nueva etapa radial junto a Milagros Germán, el Hombre Noticia defiende el periodismo que hace y lo contrasta con el que asumen otros en sus propuestas. Directo competidor de Alicia Ortega, Cavada ha intentad marcar la diferencia. Así, se vanagloria del hecho de poder ser útil a cualquier necesidad humana y comprobar que el periodismo sirve y funciona a esas necesidades, "y que la gente confía al ver que hay seguimiento y no ese olvido que a veces es mucho más cómodo para otros. Hay que hacer un trabajo con altura, con seriedad, con responsabilidad, con un compromiso social. De nada vale tener tanto ratings en la vida y tantos comerciales si al final no tienes una retroalimentación con la gente y no te ven como un medio para desahogarse y para felicitar también. Ese es el periodismo en el que creo. En el otro, que crean los demás y los felicito por eso".
A este cubano aplatanado no le importa si lo critican por ser demasiado popular o populachero "o por hablar en un tono muy directo o por manotear. Para los gustos están hechos los colores. Seguiré así porque creo en ello".
Nacido en la radio, Cavada regresa a este medio con la compañía de una gran amiga, Milagros Germán. En tono de broma asegura que será en una cabina donde terminará su carrera, "porque no creo en la eternidad de la televisión, los años comienzan a caer y no puedes leer el telepromter, la papada comienza a ponerse más grande, la barriga mayor, y contra la naturaleza no se puede porque yo sí que nunca me haría una cirugía estética. Ir contra lo natural es imposible".
En “Esto No Tiene Nombre” Cavada pone en práctica lo aprendido en Cuba y recuerda a su maestra Consuelo Vidal que les decía que cuando no se siente ese frio en el estómago delante de una cámara o un micrófono, dejaste de ser un profesional, porque dejas de respetar tu propio trabajo.
Cavada reconoce una complicidad con su compañera, a quien respeta mucho, así como con su equipo y familia. Juntos comienzan a escribir una historia que promete alargarse.
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