El papa Benedicto XVI dijo hoy que la muerte no es el final y que por ello los hombres deben mirar al Paraíso, "meta de nuestro camino terrenal".
El Pontífice hizo esta manifestación ante unas 8.000 personas que asistieron en el Aula Pablo VI del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó a la mística italiana santa Verónica Giuliani (1660-1727).
Giuliani tuvo numerosas experiencias místicas ligadas a la Pasión de Cristo, que las narró en un total de 22.000 páginas escritas de su puño en los 34 años que pasó como religiosa clarisa.
Recordando a la santa franciscana, el Papa señaló que las cosas "penúltimas, terrenas, aunque apreciadas en sentido franciscano como don del Creador, son siempre relativas, subordinadas a Dios y bajo el signo de una pobreza radical".
"Las enseñanzas (de Verónica Giuliani) nos invitan a tener la mirada fija en el Paraíso, meta de nuestro camino terrenal, donde viviremos junto a tantos hermanos y hermanas la gloria de la plena comunión con Dios", afirmó el Obispo de Roma.
A la audiencia asistieron un grupo circense, entre ellos los equilibristas hermanos Pellegrini, vencedores del "Clow de oro" del Festival de Moscú y de Montecarlo (Mónaco).
Los cuatro hermanos, ataviados con pantalón blanco y el torso desnudo, alegraron al Papa y a los presentes con su arte durante diez minutos, al componer una arriesgada pirámide humana.
Cuando acabaron, Benedicto XVI, contento con la exhibición, se levantó y los saludó cordialmente.
También asistieron un grupo de artesanos de Guanajuato, México, encabezados por el Gobernador de ese estado mexicano, Juan Manuel Oliva Ramírez, y el arzobispo de León (México), José Guadalupe Martín Rábago, a quienes agradeció, hablando en español, el nacimiento que le han regalado y desde hoy se encuentra instalado en el Aula Pablo VI.
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