Viajar a través del mundo es un sueño que ha hecho realidad el neoyorquino Christopher Vega como uno de los 5.500 marineros del portaaviones USS George Washington, de la Armada de EE.UU.
Vega, de 19 años, creció entre Brooklyn y Staten Island, ingresó a la Marina tras concluir en 2009 sus estudios en la escuela superior de Tottenville, y ha llamado la atención de sus superiores por la dedicación y la responsabilidad con que desempeña el trabajo que le asignaron.
"Es uno de los mejores y más brillantes" hombres en el departamento de asuntos administrativos, aseguró un portavoz del USS George Washington, el cuarto barco en recibir el nombre del primer presidente de EE.UU, y que está activo desde 1992.
El neoyorquino dijo a Efe en declaraciones escritas que ingresó a la Marina "porque es algo que siempre quise hacer".
"Quería viajar, hacer algo importante con mi vida", dijo Vega, quien se encarga de todos los documentos personales de los marineros abordo de la embarcación, de archivar papeles, incluso de que reciban su salario, entre otras funciones.
Su trabajo requiere además que esté disponible las 24 horas del día, siete días a la semana.
"Mis responsabilidades aquí son, principalmente, brindar ayuda a los marineros y los oficiales para que obtengan lo que necesitan, según la cadena de mando", indicó.
Vega, que ha hecho realidad su sueño de viajar, destacó que de todos los puertos visitados abordo del USS George Washington se enamoró de Tailandia, "con una gran vida nocturna que no te quieres ir".
El neoyorquino, que dice haber hecho realidad el sueño del servicio militar, espera adquirir "experiencias, viajes, educación, conocer gente de diferentes culturas y estilos de vida" durante sus años en la Marina. "Disfrutar de todo", afirmó.
En su tiempo libre, Vega descansa o, al igual que otros jóvenes, dedica tiempo para disfrutar de la música latina que le gusta: Marc Anthony, Héctor Lavoe, Willie Colón, las Estrellas de Fania, "toda la escuela vieja de la salsa", así como merengue, bachata y algún reguetón, indicó.
"La vida en un barco es una buena experiencia. Trato de mantener una actitud positiva todo el tiempo, disfruto del trabajo y si tengo tiempo libre, descanso", indicó Vega.
Agregó que nunca ha sentido temor, pese a los conflictos en los que está involucrado EE.UU.
"Nunca he sentido temor porque, honestamente, no hay nada que temer. Tengo más temor de saber qué es lo que voy a comer, que estar en un barco en tiempo de guerra", indicó.
Vega, cuyo padre fue policía en la ciudad de Nueva York y su madre realizó trabajo administrativo para una compañía de vinos, recordó que el mejor consejo que le dieron sus progenitores fue perseguir sus sueños hasta alcanzarlos.
"El mejor consejo fue que no me dejara vencer, a luchar, no importa cuán difícil sea", sostuvo.
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