EL DIRECTOR DE “TELENOTICIAS” HABLA SOBRE SU TRABAJO Y SU VIDA PERSONAL
Roberto Cavada ha roto esquemas en la presentación de noticias en República Dominicana. Su estilo particular lo ha llevado a ser amado y odiado, dos extremos entre los que no existen términos medios.
El comunicador cubano es un crítico ferviente desde “Telenoticias”, canal 11. No obstante, es un hombre que disfruta el espectáculo, trascendiendo más allá de los patrones rígidos y sobrios del quehacer informativo.
Su propuesta televisiva se ha salido de los moldes de sobriedad. “No puedes hacer un noticiario al margen del criterio de la televisión como medio, que al final vende entretenimiento, vende show y vende noticias”.
Radiografía
En torno a la vida personal de Cavada se tejen curiosidades, algunas de las cuales se atreve a despejar.
“Soy un hombre sumamente apasionado, de verdad que sí, creo que demasiado”, afirma Cavada con la pasión que nunca deja de lado.
A pesar de que han jugado con sus sentimientos, él no duda en abrirle las puertas al amor. “Cuando me enamoro, me enamoro de verdad y después lo sufro porque el desamor es mucho más difícil”.
En uno de sus dedos, el presentador luce un anillo de oro, pero nunca se ha casado ni ha tenido hijos.
“Te soy sincero. me ha tocado una vida migratoria y desde muy temprano asumí roles que apostaran a responsabilidad y proyectos profesionales”, dice.
Aunque tenía sus relaciones, no deseaba casarse tan joven.
“Llegué aquí (desde Cuba); buscar un espacio me llevó a estar con personas con las que tuve a punto de casarme (no eran del medio)”, aclara él con cierta dosis de picardía. “Eso me llevó a postergar el tema del matrimonio, no del amor”, agrega.
Casarse no ha sido uno de los planes del presentador de noticias. “He postergado el matrimonio al punto que he llegado a ser un descreído del matrimonio. Creo en la convivencia con una pareja, pero no creo en eso de firmar un papel porque creo que es falso. Hay gente que cuando le dices vamos a firmar un papel, arman una historia y un personaje”, explica mientras la seriedad sale de su escondite.
“¿Por qué hay que firmar lo que al final lo trastoca todo? Por ahí es que al final vienen los fracasos de las parejas, porque no hay un tiempo real para conocerse”, sostiene.
Sin embargo, Cavada no tarda en aclarar que no firmar un papel no significa que no respete en su justa medida a la mujer y a la unión de pareja, y tampoco significa que mantenga una vida libertina.
“El amor es complejo y ojalá alguien bien interprete lo que digo sobre el matrimonio y aparezca una mujer que piense como yo y me acepte como soy. Ya que se lo he dicho varias veces, si lo lee ahora que me lo crea”, dice muy sonriente.
Le habla a alguien en especial, pero se cuida de ofrecer detalles o de revelar un nombre.
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SUS OBSERVACIONES Y PREFERENCIAS
De la mujer dominicana a Cavada le atrae el cuidado de su imagen. “Es sumamente esbelta. Tiene un nivel de elegancia, de disfrute de la belleza”. Sin embargo, lo conquista una buena conversación, pero exclama “¡ufff!” para confesar que aquí le han roto el corazón.
Ante la pregunta de cuál es su principal atractivo para las mujeres, no sabe con exactitud.
“Serán las canas, a algunas les gusta mi sonrisa, esa carita de niño tonto y ciertas maldades que uno utiliza”, dice con mucho humor.
Como buen canceriano, Cavada no es un hombre que le guste mucho la calle. “Me gusta la bohemia pero en la tranquilidad de mi casa”, dice. Disfruta ver películas, fumar puros, y tomarse un buen trago.
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