
Los presidentes han elegido diferentes estrategias para informar de su enfermedad.
El gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner, como el de su difunto esposo Néstor Kirchner,
suele ser señalado en Argentina de ser poco transparente en la
divulgación de políticas importantes.
Bien es conocido en el ámbito periodístico el
difícil acceso -con la excepción de un puñado de medios oficialistas-
que existe a los más altos funcionarios ministeriales y menos aún a la
propia Fernández de Kirchner, quien no ha concedido entrevistas en sus
dos períodos de gobierno.
Por ello, a muchas personas no sólo
les sorprendió el anuncio que hizo la mandataria en la noche del martes
de que sufre de cáncer, sino que supieron de inmediato dónde está
localizado, qué gravedad tiene, cuándo será operada, en qué hospital,
con qué doctor y cuánto durará el reposo.
Y si alguien no pudo escuchar en vivo al
portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro, su comunicado está
íntegramente publicado en el sitio en internet de la Casa Rosada.
"Si te dejan mano a mano con ella después de lo
que dijo su vocero, probablemente no tienes qué preguntarle", le dijo a
BBC Mundo Rodrigo Martínez, director de Isonomía y especialista en
campañas de comunicación, quien junto a varios analistas consultados
calificó la manera de hacer el anuncio como "estratégicamente adecuada".
La forma en que recientemente otros mandatarios
latinomericanos han informado de enfermedades similares ha sido
marcadamente diferente.
Como Roosevelt

La enfermedad de Lugo también provocó incertidumbre en su país.
Pocos venezolanos saben dónde estuvo localizado el cáncer que el presidente Hugo Chávez anunció este año que padecía.
El año pasado también hubo incertidumbre en
torno a la gravedad de la misma patología que sufrió el presidente de
Paraguay, Fernando Lugo.
Otro caso que dio de qué hablar es el del
exgobernante cubano Fidel Castro, quien dejó el poder tras someterse a
una intervención quirúrgica estomacal pero no se dieron a conocer más
detalles.
Chávez, "muy extrañado"
El presidente de Venezuela, Hugo
Chávez, especuló este miércoles con el origen de su cáncer y el de otros
presidentes de la izquierda latinoamericana.
Hablando ante militares venezolanos en un acto retransmitido obligatoriamente por televisiones y radios, Chávez se preguntó si alguien no habrá desarrollado una tecnología para inducir esta enfermedad.
El mandatario recordó que científicos de EE.UU. infectaron a presos guatemaltecos con sífilis y otras enfermedades en los años cuarenta y que esto no se conoció hasta muchos años más tarde.
"Bueno, habrá que cuidar mucho a Evo. Evo cuídate. Correa, cuídate. Claro, uno no sabe", manifestó Chávez, quien recordó un consejo que le dio el líder cubano Fidel Castro.
"Fidel siempre me lo dijo: Chávez, ten cuidado, porque tú te le tiras a la gente encima. Mira, cuidado, esta gente ha desarrollado tecnologías, tú eres muy descuidado, cuidado con lo que comes, cuidado con una pequeña aguja y te inyectan no sé qué".
Hablando ante militares venezolanos en un acto retransmitido obligatoriamente por televisiones y radios, Chávez se preguntó si alguien no habrá desarrollado una tecnología para inducir esta enfermedad.
El mandatario recordó que científicos de EE.UU. infectaron a presos guatemaltecos con sífilis y otras enfermedades en los años cuarenta y que esto no se conoció hasta muchos años más tarde.
"Bueno, habrá que cuidar mucho a Evo. Evo cuídate. Correa, cuídate. Claro, uno no sabe", manifestó Chávez, quien recordó un consejo que le dio el líder cubano Fidel Castro.
"Fidel siempre me lo dijo: Chávez, ten cuidado, porque tú te le tiras a la gente encima. Mira, cuidado, esta gente ha desarrollado tecnologías, tú eres muy descuidado, cuidado con lo que comes, cuidado con una pequeña aguja y te inyectan no sé qué".
Estos manejos comunicacionales recuerdan más al
expresidente estadounidense Franklin Roosevelt quien murió mientras
estaba en el poder y en plena Segunda Guerra Mundial de un cáncer
cerebral que los ciudadanos solo conocieron cuando falleció.
Roosevelt representaba la forma de manejar la
información de la época y los estadounidenses no supieron durante
décadas que una polio lo había dejado en sillas de ruedas.
"Ya no estamos en la época de Roosevelt, ahora
se les recomienda a los políticos no disimular si tienen cáncer y que
difundan su información. Si no se genera inquietud", señaló a BBC Mundo
el especialista en campañas comunicacionales para políticos Heriberto
Muraro.
Así lo hicieron tanto Fernández de Kirchner,
como en Brasil la actual presidenta Dilma Rouseff, antes de ser electa, y
el exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva, después de dejar el poder.
"Lo primero que se evalúa es cuán grave es el dato a comunicar", dice Martínez.
"En el caso de Cristina, por lo que se informó,
pareciera que se trata de una intervención que no tendrá más riesgos.
Pero si uno lo compara con el caso de Chávez o el de Kirchner, que
fueron más complejos, entonces se nota que la comunicación no es tan
limpia y eso tiene que ver con el impacto político que se determina de
la noticia", agregó.
"El tiempo es otro factor a tomar en cuenta",
indicó a BBC Mundo Gustavo Pedace, presidente del Consejo Profesional de
Relaciones Publicas de Argentina.
"Ante una enfermedad, el tiempo es el principal
enemigo. Si decimos una cosa y con el transcurso de los días el
deterioro nos muestra otra cosa, habremos perdido la credibilidad desde
el principio y las derivaciones pueden ser más complejas", apuntó.
Tipos de comunicación
"La segunda parte es ver cómo se maneja la
profundidad de la noticia. En el caso de Chávez y Lula, se apeló más a
lo emotivo, de mostrar a un líder que estaba luchando contra una
enfermedad, mientras que se comunican detalles escuetos", explica
Martínez.
"En Venezuela además se utilizó (la información)
como herramienta electoral en el contexto de mostrarlo a Chávez
luchando ante la muerte. Además hay una decisión estructural de no
contar lo que está pasando; y en Paraguay, con Lugo, la estrategia
comunicacional buscó mejorar la imagen del mandatario que estaba en un
mal momento de popularidad y se generó empatía", añade.
En cambio, en el caso de Fernández de Kirchner y
de Rousseff se optó por ofrecer información más detallada y técnica
sobre las patologías.
"Otro buen ejemplo fue el del caso Lula,
mostrando a un líder de su estatura haciendo frente al problema con
optimismo y siempre fotografiado con una sonrisa y contenido por su
entorno familiar", terció Pedace.
En el caso de la mandataria argentina se redujo
el componente de emotividad que la venía acompañando desde su campaña
electoral, pues ni siquiera ella comunicó la noticia sino que un
portavoz leyó un comunicado con la información.
"Lo que parece estar buscando la presidenta es
que no se hable demasiado del tema. El kirchnerismo se ha caracterizado
por buscar un control férreo de los factores exógenos de la política y
aquí no quieren que el tema se vaya de las manos y se empiece a discutir
una posible sucesión", aseveró el director de Isonomía.
"Lo que va a pasar ahora es que la popularidad de Cristina Fernández va a repuntar, eso es seguro", afirmó Muraro.
Según especialistas en estudios de opinión
pública, la mandataria ya se vio beneficiada por la simpatía popular
tras sufrir una tragedia personal como fue la muerte de su esposo que
señalan a este factor como uno de los que impulsaron su reelección.
Ahora, al enfrentar el cáncer, y probablemente
derrotarlo, según coinciden los médicos, las perspectivas indican que
fortalecerá un mandato que contó con el respaldo de más del 50% de los
votantes argentinos.
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