El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió ayer martes con los líderes del Congreso para discutir el espinoso tema de Afganistán y preparar a la opinión pública para una de las decisiones más importantes de su presidencia: enviar o no más refuerzos militares a ese país.
Tanto los demócratas como los opositores republicanos aparecieron al término del encuentro tan divididos como antes del mismo.
Obama les dijo que cortará con el “sentimiento de urgencia” que suscita el alarmante deterioro de la situación en Afganistán, informó un alto funcionario de la Casa Blanca que se mantuvo en el anonimato.
Pero el mandatario también reconoció que “su decisión no dejará a todo el mundo contento”. Se esforzó en desdramatizar un debate cada vez más apasionado y pidió “dejar de lado los espantajos consistentes en decir que hay que doblar la apuesta o irse de Afganistán”, dijo el funcionario.
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