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domingo, 4 de octubre de 2009

La Patria que se achica

El cierre de varias escuelas en la frontera dramatiza aún más el fenómeno que representa el abandono de dominicanos de las casas y tierras que poseían en esas zonas.

Ocupadas progresivamente por haitianos, las nuevas comunidades se han hundido más en el retroceso que ya las caracterizaba creando un patético cuadro de pobreza humana.

Como no tenían alumnos dominicanos, porque se marcharon con sus padres a otros sitios, varias escuelas tuvieron que cerrar sus puertas en aldeas de Montecristi y Dajabón, subrayando así el proceso de suplantación humana y territorial que, en situación desesperada, protagonizan los haitianos.

Es una situación que, en esencia, pone de relieve las duras condiciones en que millares de hombres, mujeres y niños, sean haitianos o dominicanos, subsisten en nuestro país, lo que constituye una verdadera tragedia humana.

De esa realidad se derivan, automáticamente, muchas otras consecuencias para el Estado dominicano, hasta ahora incapaz de frenar o evitar que asentamientos haitianos se enraícen en nuestro territorio.

Esto equivale, en la práctica, a aceptar el achicamiento de la Patria en términos territoriales y a abrir el camino hacia la pérdida gradual, en el futuro, de su capacidad para regir y decidir en ellos hasta que los “hechos consumados” se ocupen de redefi nirlos como propiedad de la nación vecina.

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