Cada vez más hispanos en las
cárceles de Estados Unidos: por primera vez en la historia, el número de
latinos condenados por delitos federales supera en términos absolutos
al de criminales de otros grupos étnicos en el país.
Según el último informe de la Comisión de
Sentencias estadounidense (USSC, por sus siglas en inglés), de unas 60
mil condenas dictadas entre octubre de 2010 y julio de 2011 más de la
mitad correspondieron a reos latinos.
"No hemos visto un escenario así
recientemente, y me atrevería a decir que no ha existido nunca antes en
Estados Unidos, en el que una minoría étnica tenga sobre sus espaldas un
porcentaje tan grande de las faltas penadas por la Justicia y donde
este número vaya en crecimiento", señaló a BBC Mundo Deborah Denno,
profesora de Derecho en la Universidad Fordham y experta en justicia
criminal.
El estudio de la USSC, consultado por BBC Mundo,
indica que los hispanos cometieron 50,3% de los delitos graves, en
comparación con 26,4% entre los blancos no hispanos y 19,7% entre los
negros.
Los números son más alarmantes, señalan los
expertos, si se considera que los habitantes hispanos representan apenas
16% de la población total del país.
Ahora bien, la lectura detallada de las estadísticas deja en evidencia las razones de este incremento: los crímenes migratorios.
Con una ecuación simple: los delitos de
inmigración son hoy los más recurrentes en Estados Unidos (35,5% del
total de faltas graves que se procesan) y los hispanos son responsables
de casi 90% de ellos.
Así, el mayor volumen de condenas por razones
migratorias alimenta las estadísticas para dejar a los latinos al tope
del ranking delincuencial.
"En el pasado, si la patrulla fronteriza encontraba a alguien intentando cruzar, lo que hacían era simplemente anotar su nombre y mandarlos de regreso. Hoy, lo que hacen es arrestarlo, tomar sus huellas dactilares e iniciarle una causa"
Bruce Bikle, investigador de la Universidad Estatal de California en Sacramento
"Con esta tendencia, puede decirse que existe
una tendenciosidad en el perfil del convicto que se alberga hoy en
nuestras cárceles: cada vez más, las condenas son por crímenes de
inmigración y no por los crímenes que el ciudadano común percibe como
los más amenazadores, tales como asesinatos o abusos sexuales", agregó
Denno.
Indocumentados, al banquillo
Los delitos de migración -en esencia complejos y
polémicos, en un país divido ante la estrategia que debe adoptar el
gobierno de Washington ante la llegada incesante de extranjeros
indocumentados- no sólo aplican a individuos que ingresan sin permiso
sino que también engloban los casos de tráfico humano.
"Las penas son distintas para un coyote que
negocia con el tráfico de terceros que para una persona que cruza para
buscar su propio empleo y es descubierta, pero ambos se consideran
ofensas graves", explicó Bruce Bikle, investigador en temas de justicia
criminal de la Universidad Estatal de California en Sacramento.
Junto con las faltas vinculadas al tráfico de
drogas, es la categorías en que los reos hispanos son mayoría: entre
2010 y 2011, se dictó condena sobre más de 19.000 faltas migratorias y
90% de ellas correspondieron a latinos, así como sobre 17.500 casos de
narcotráfico donde éstos fueron responsables de casi la mitad.
En cambio, en las tablas que comparan el reparto
étnico de otros tipos de ofensas, los latinos quedan siempre por debajo
de otros grupos. Así, por caso, tienen menos condenas por asesinato,
robo, fraude, abuso sexual o extorsión que los blancos no hispanos.
La tendencia, señalan los expertos, no indica que haya crecido necesariamente la criminalidad hispana, sino que lo se ha transformado es "la estrategia de aplicación de las leyes vigentes".
La tendencia, señalan los expertos, no indica que haya crecido necesariamente la criminalidad hispana, sino que lo se ha transformado es "la estrategia de aplicación de las leyes vigentes".
"En el pasado, si la patrulla fronteriza
encontraba a alguien intentando cruzar, lo que hacían era simplemente
anotar su nombre y mandarlos de regreso. Hoy, lo que hacen es
arrestarlo, tomar sus huellas dactilares e iniciarle una causa", compara
Bikle, en diálogo con BBC Mundo.
Leyes más duras
"El peso financiero puede ser altísimo: implica un proceso de sobrepoblación de las cárceles e implica destinar muchos fondos para cumplir con los procesos judiciales de cada uno de estos casos"
Jeffrey Stein, presidente de la asociación Abogados Californianos para la Justicia Criminal
Detrás de esa transformación está el cuerpo de
leyes anti-inmigración que se pusieron en vigor hace poco más de un año:
de Arizona a Georgia o Alabama, los estados sureños dieron luz verde a
normas que criminalizan a los inmigrantes sin papeles.
"En 1991, 60% de las condenas a latinos por
ofensas federales eran a causa de crímenes relacionados con el tráfico
de drogas y 20% con la inmigración. Hoy ese número se ha revertido.
Entonces, este número tiene que ver con cómo el país ha decidido hacer
cumplir las leyes y considerar las violaciones migratorias como faltas
que merecen condenas como la cárcel", señaló el académico.
Los efectos sobre el sistema carcelario podrían
hacerse sentir: el crecimiento de las condenas por este tipo de faltas
pone presión sobre los recursos federales.
"El peso financiero puede ser altísimo: implica
un proceso de sobrepoblación de las cárceles e implica destinar muchos
fondos para cumplir con los procesos judiciales de cada uno de estos
casos", destacó ante BBC Mundo Jeffrey Stein, presidente de la
asociación Abogados Californianos para la Justicia Criminal (CACJ, en
inglés).
"Tiene un efecto grave en las familias, además,
porque la mayoría de estos convictos son hombres y son los encargados de
llevar el pan a sus hogares", agregó Deborah Denno.
Muchos señalan que, con estas cifras sobre la
mesa, se reavivará el debate sobre la conveniencia de establecer un
sistema alternativo de audiencias y juicios expeditos en las ciudades de
la frontera, para condenar a aquellos que violen las cada vez más
severas leyes migratorias estadounidenses.
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