Abby participó en las tareas de rescate de los atentados del 11-S. En la actualidad está jubilada y vive en California. Durante diez días, rastreó la enorme montaña de escombros y metal dejada por las Torres Gemelas en busca de supervivientes.
Abby es una perra labrador de color negro que pronto cumplirá catorce años.
Cuando se cumple el décimo aniversario de los atentados del 11-S, Abby ya no participa en peligrosas misiones que a lo largo de toda su carrera la llevaron a estar en las tareas de rescate de víctimas de los atentados contra las Torres Gemelas (2001) y de los huracanes Katrina y Rita (2005), o a sobrevolar en helicóptero Salt Lake City durante las olimpiadas de invierno de 2002.
Abby siempre trabajó para la misma organización, la National Disaster Search Dog Foundation (SDF), con sede en California. Trece perros de la SDF participaron en las tareas de rescate de la Zona Cero. Diez años más tarde, Abby es el único perro del grupo que todavía está vivo.
"Abby ha tenido una vida muy intensa y ahora disfruta de su jubilación aunque todavía acude diariamente a la oficina y cumple con tareas administrativas, como firmar cartas de agradecimiento con las huellas de sus patas", explica a BBC Mundo la fundadora de SDF, Wilma Melville.
Un año de entrenamiento
Wilma Melville tiene 78 años y fundó la organización tras participar junto con su perro labrador Murphy en las tareas de rescate de los atentados de Oklahoma de 1995. En esa época solo había 15 perros de rescate en todo el país.
"Me di cuenta de la cantidad de vidas que podríamos haber salvado con más perros bien entrenados y trabajando sobre terreno", indica Melville. "Eran muchas las personas que habían quedado enterradas con vida y pocos los perros para localizarlas".
La organización sin ánimo de lucro rescata a perros que han sido abandonados y que viven en refugios. En algunos casos la organización ha salvado a perros de una eutanasia segura.
Los perros se entrenan durante un año para una carrera profesional que durante una media de diez años los llevará a zonas afectadas por huracanes, terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierra y atentados. Una de sus últimas misiones fue desplazarse a Japón tras el terremoto.
"Nosotros rescatamos a perros y más tarde estos perros rescatan a las víctimas de tragedias", afirma Melville, que fundó SDF cuando ya se había jubilado como profesora de educación física en Los Angeles y había levantado un rancho, competía en carreras de caballos y pilotaba avionetas.
"Nuestro principal reto en estos momentos es construir un centro internacional para poder entrenar equipos de rescate de todo el mundo, con una atención especial a los países de América Latina porque ya tenemos equipos de rescate en México", explica Melville.
El presupuesto del proyecto es de US$14,5 millones. Distintos donantes privados ya han aportado más de la mitad con el objetivo de que el centro sea una realidad dentro de dos años.
Mecenas
Si Melville fundó la organización tras jubilarse, las hermanas Emma y Otilia Díaz empezaron a patrocinarla tras su jubilación.
"Me di cuenta de la cantidad de vidas que podríamos haber salvado con más perros bien entrenados y trabajando sobre terreno"
Wilma Melville, National Disaster Search Dog Foundation
"Fui a la biblioteca a leer y la revista para la tercera edad Not Born Yesterday (No nací ayer, en inglés) había publicado un reportaje muy interesante sobre Wilma y pensé que a mi hermana le iba a fascinar la historia", explica Emma Díaz.
Las hermanas, nacidas en México, han patrocinado la educación de dos perros; el primero ya es un perro de rescate en San Diego y el segundo recibe entrenamiento en estos momentos para convertirse en un perro de rescate de la estación de bomberos de Tijuana, México.
Entrenar a un perro de rescate cuesta US$15.000.
La mayoría de perros se asignan a bomberos, pero no siempre. Abby fue asignada a Debra Tosch, que en la actualidad es la directora ejecutiva de la organización.
Tosch participó con Abby en las tareas de rescate de la Zona Cero durante diez días. "El trabajo de Abby consistía en rastrear áreas y asegurarse de que a los equipos humanos no se les había pasado por alto ninguna víctima", explicó a BBC Mundo.
"También estuvimos diez días en Nueva Orleans tras el Katrina y pocos días más tarde nos asignaron la misión del huracán Rita", agrega.
"Cuando se jubilan estos perros se convierten en uno más de la familia"
Debra Tosch, SDF
Abby sigue viviendo con Debra Tosch. "Cuando se jubilan estos perros se convierten en uno más de la familia". Tosch, que habló con BBC Mundo a las seis de la mañana y cuando ya había hecho una sesión de natación, ha encontrado en la SDF su vocación. "Me apasiona mi trabajo. Todas las mañanas me despierto pensando que amo el trabajo que tengo".
Abby conmemorará su décimo aniversario de los atentados del 11-S en la sede de la SDF, junto con su cuidadora y otros equipos de rescate, en un acto no abierto al público.
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